¿Alguna vez te has preguntado qué es lo que pasaría si existiera un manual para ser una buena madre?
Si, así como el reglamento de tránsito o un manual de cocina con los ingredientes y el tiempo de cocción para un platillo perfecto. Pues aquí no lo encontrarás, porque sencillamente no puede haberlo.
Siento decepcionarte, ser o no una buena madre no depende de un procedimiento absoluto sino más bien instintivo. Si bien existen procesos y enseñanzas generales que todas solemos aplicar, siempre puede ocurrir que lo que le sirve a una no le sirva a la otra sencillamente porque todas somos diferentes.
¡Imagina de qué tamaño tendría que ser un manual para cada personalidad, estilo, modelo de crianza, educación, costumbres, religión y todo lo demás, INFINITO!
Ahora pensarás, porqué entonces esta revista se llama así, te cuento:
Cuando fui mamá me costaba mucho trabajo hacer que mis hijos hicieran algunas labores, se comieran ciertas cosas o simplemente siguieran algunas reglas, no sabía que hacer; pero un día se me ocurrió contestarles cuando me preguntaron ¿Mamá, porqué me tengo que ir a dormir tan temprano?, ¡obvio ya estaba harta de explicárselos de mil formas! así que les dije: “Bueno, se tienen que ir a dormir temprano, porque en El Manual De La Buena Madre dice que los niños deben dormir antes de las 9:00 de la noche para que su cerebro descanse y no se sientan cansados mañana en la escuela” curiosamente después de decir esto solo resoplaron un poco y como por arte de magia ya no era una imposición de mamá ogro, sino más bien de un malvado manual de reglas que las madres tienen que seguir, así como ellos siguen reglas en el colegio.
Desde entonces usé esa pequeña frase de apoyo para que me hicieran caso, fui muy feliz hasta que mi hija cumplió 12 años y me dijo; Mamá, ¿me puedes prestar El Manual De La Buena Madre?, lo necesito para prestárselo a mi amiga porque parece que su mamá no lo ha leído y no le quiere dar galletas con leche cuando está triste, solo pude decirle que lo había leído tanto que me lo sabía de memoria y no recordaba en donde lo había dejado.
Esa es la historia, ya pasaron 11 años y hasta la fecha se los menciono en algunas ocasiones y sonríen, sé que lo saben, saben que no existe, pero también saben que hice y hago mi mejor esfuerzo para hacerlos felices.
Dicho esto, no les aburro más, espero que se diviertan y compartan con toda la comunidad sus experiencias, logros, tips, recomendaciones y servicios, sabiendo siempre que no somos perfectas pero si podemos ser mejores.
A T E N T A M E N T E
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