Los muertos de la familia nos cuidan

En mi familia se dice que los muertos de la familia nos cuidan siempre, y que a veces nos visitan para que sepamos que siguen acompañándonos. Como ejemplo de esto, cuentan que la mamá de mi abuelo Jorge visitó a su familia una Navidad. Dicen que hace alrededor de veinte años estaba toda la familia reunida en casa de mis abuelos para celebrar la Nochebuena.

La familia estaba sentada en la sala, antes de cenar, recordando a mi difunta bisabuela y los platillos que solía cocinar para esas fechas. De repente se apagaron las luces de la sala y quedaron encendidas las del resto de la casa. Mi abuelo, que es ingeniero civil y arquitecto, dijo que seguramente se había quemado un fusible o había habido “un corto” en esa parte de la casa. Para sorpresa de todos, las luces se encendieron y se volvieron a apagar dos veces más. Cuando mi abuelo por fin se levantó para checar el sistema eléctrico, todos percibieron un aroma conocido que venía de la cocina: bolitas de buñuelo con miel, como las que preparaba mi bisabuela. Mi abuela fue a la cocina y encontró el platón de la bisabuela vacío sobre la mesa. Finalmente las luces se encendieron de nuevo, mi abuelo sólo dio las gracias por la visita y le deseó una feliz Navidad a su mamá.

Sandra B. M., Tec de Monterrey

Tomado de “Leyendas urbanas y tradicionales en el México del siglo XXI”
Recopilación, estudio y comentarios de Marco Antonio Molina

Cuentos y Leyendas

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