Probablemente se trataba de la costumbre que se repetía año tras año cada noviembre. Leche fría, varas de canela y calabaza con piloncillo caliente. Si bien no es uno de los sabores favoritos para su paladar que repelía el sabor característico de el fruto naranja y el dulzor asfixiante del piloncillo sobre su lengua , la nostalgia le ganaba al paladar ante cualquier circunstancia.
Emilia nunca llevo una relacion especialmente fuerte con su madre después de crecer un par de primaveras, pues, a diferencia del dulzor de los platillos que preparaba su madre parecía rebosar en un humor que simulaba el sabor amargo del caramelo quemado.
Nunca hubo un 2 de noviembre sin el dulce empalagoso , pero tampoco hubo un solo noviembre que no lo comiera diligentemente. Eso si ,modificando la receta para evitar ahogarse en la miel obscura del platillo. Ahora no había nadie mas que ella para continuar con aquella tradición, siguiendo celosamente la receta en el libro de notas.
Nunca hubo una buena relación entre ella y el dulce de calabaza, tal como la relación que tenia con su madre. Aún ante eso las costumbres de infancia que resguardaban un cariño ciego he inquebrantable le permitían cumplir casi religiosamente aquella costumbre siempre procurando guardar un poco para el altar donde el caramelo amargo podía degustar del sabor dulce que siempre disfrutaba.
Calabaza
Agua
Piloncillo
Canela.
Sal
Cuidadosamente, parte la calabaza a la mitad, verticalmente. Con una cuchara, retírale las semillas y hebras. Pártela en trozos de 3-4 pulgadas.
Prepara el jarabe calentando la taza de agua, el piloncillo, la canela y la sal en una cacerola grande a fuego lento. Tapa la cacerola y deja cocinar, revolviendo de vez en cuando, hasta que el piloncillo se haya disuelto completamente.
Coloca los trozos de calabaza en la cacerola con el jarabe, con la cáscara hacia abajo. Tapa la cacerola de nuevo y sigue cocinando a fuego lento, bañando los trozos de calabaza con el jarabe de vez en cuando, por 30-45 minutos, o hasta que la calabaza esté completamente cocida. Deja enfriar ligeramente.
Coloca 2-3 trozos de calabaza en un plato y baña con un poco del jarabe restante. Puedes acompañarlo con leche fría.
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