Cuando iba al baño veía a unos sapos…

Esto pasó en Tlalpujahua, Michoacán. Había un matrimonio que tenía muchos hijos y ya no quería tener más; aun así, la señora quedó embarazada. Su esposo, al darse cuenta del embarazo, se molestó y lo comentó con unos amigos.

Éstos le aconsejaron que le preparara a su mujer un brebaje para que abortara, pero cuando se lo dio, ella no se lo tomó. El señor volvió con su amigos reclamándoles que el brebaje no había funcionado, le aconsejaron que se lo volviera a dar pero que él debería estar presente cuando se lo tomara. La señora se lo tomó y él se fue a trabajar. Al regreso, la señora le comentó que ya había abortado y que habían sido tres.

Fueron pasando los días y el señor le decía a su esposa que cuando iba al baño, veía a unos sapos que no lo dejaban hacer del baño y que lo molestaban por todos lados. Por lo cual, muy pronto cayó enfermo. La esposa le dijo que se fuera a confesar y que le contara al padre lo que había sucedido. El padre, tras escuchar todos sus pecados, le dio la penitencia de ir a la iglesia a velar tres noches seguidas, a ver qué veía. La primera noche, no vio nada y así se lo comentó al padre. El padre le insistió que volviera otra noche a ver qué veía. La segunda noche fue y vio a un obispo decir su misa. A la noche siguiente, observó a un sacerdote ordenándose. La cuarta noche vio a una monja dando su doctrina. A la mañana siguiente fue y le contó al padre todo lo que había visto. El padre le dijo que esos eran sus hijos que había perdido por soberbio, los cuales lo iban a sacar de pobre. El señor murió de la pena.

José Gabriel M. C., UAMX (Tlalpujahua, Michoacán).

Tomado de “Leyendas urbanas y tradicionales en el México del siglo XXI”
Recopilación, estudio y comentarios de Marco Antonio Molina

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